viernes, 1 de junio de 2012

LAS PEQUEÑAS HERIDAS

LAS PEQUEÑAS HERIDAS

Las hemorragias nasales, bastante frecuentes en los niños, se pueden controlar apretando las alas de la nariz durante 5 a 10 minutos. Si esto no es suficiente, resulta efectivo taponar cada uno de los orificios nasales con una bolita de algodón o con una compresa hemostática si se dispone de ella. Todas las heridas deben lavarse con agua abundante y jabón. No es aconsejable usar alcohol, que desvitaliza los tejidos, ni agua oxigenada, pues la espuma que forma no limpia la suciedad y oxigena determinados gérmenes que pueden infectar la herida. Tras lavar la herida con agua y jabón, se seca con una gasa limpia y se pone una solución yodada o mercurocromo para que la desinfecte y proteja. Sobre la herida se puede colocar una tirita, gasa o esparadrapo. Si una herida sangra, se puede hacer presión sobre ella con una venda o simplemente con la mano. Si sangra una extremidad de forma abundante, se levantara por encima de la altura de la cabeza. Es importante que los niños estén protegidos contra una posible infección tetánica. Es aconsejable, sobre todo en el medio rural, estar vacunado correctamente contra el tétanos. Aparte de las dosis recibidas hasta los 18 meses, los niños deben recibir una dosis de recuerdo a los 6 años y otra a los 14 años. Después es necesario una dosis de recuerdo cada 10 años.

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